domingo, 9 de febrero de 2014

@JuliaParente86 : El reencuentro final.

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EL REENCUENTRO FINAL

302 AL

<<Un paso detrás de otro, vamos>>, iba diciendo la joven mientras caminaba con mucha dificultad a causa de la nieve que cubría hasta sus tobillos. Habían pasado dos años desde que comenzó el invierno. Estaba asustada, muy asustada. <<Vamos, no puedo rendirme ahora. Soy del Norte y la nieve es nuestra vida>>; <<pero a ti no te gustaba el frío y no te pareces a los norteños>>.
Había nacido en el Norte, pero desde que fue a la capital, siguiendo a su padre y un enamoramiento infantil, su mundo empezó a desaparecer. <<Nunca debí ir a Desembarco, nunca>>; <<¿por qué tuve que fijarme en aquel monstruo?>>; <<ellos destruyeron a mi familia…y yo>>. Todo lo bello y lo hermoso había destruido sus sueños de caballeros de hermosa armadura y a su familia. <<Los príncipes no existen, sólo los monstruos>>; <<debí de quedarme con Tyrion aunque fuera enano y sin nariz>>; <<era el único que se portaba bien conmigo>>; <<él y…>> - se puso colorada - << el Perro. Tenía que haberme ido con él. Y más después del beso>>. Desde que se marchó, soñaba con ese momento, <<pero me daba miedo su rostro y la rabia que veía en sus ojos. Si volviera…>>.
Escapó del Nido con poco, pero si no escapaba de allí y de su falso padre… <<y decía que quería llevarme al Norte y que era como su hija>>; <<pero a una hija no sé le hace…>>. Quería volver a Invernalia, aunque ya no quedase nada de él. Debía huir de allí, pero todos los caminos eran idénticos. <<¿Estaré más cerca del Norte? ¿O estaré dando vueltas?>>; rezaba para no estar volviendo al Nido, dónde le esperaba un matrimonio con otro monstruo y perder lo único que aún poseía en manos del hombre que traicionó a su padre. Pero lo peor era que la cogieran y la entregaran a los Lannister.
Mientras continuaba andando, iba recordando a su familia y su vida antes de la guerra. Los echaba de menos a todos, incluso a Arya, <<Si hubiera sido más como ella y no la hubiera tratado tan mal. Si pudiera volver a verla…>>; <<está muerta, como el resto de tu familia. No te queda nada>>. De repente topó con algo y se echó hacia atrás.
- Hola jovencita, ¿qué hace alguien como tú por aquí sola? – preguntó un hombre mayor mostrándole todos sus dientes rotos -.
- Yo…yo… - tartamudeo Sansa <<no puedo mostrar miedo, si lo hago estoy perdida>> -.
- Dunch, deja a la chica – dijo otra voz detrás de la joven - ¿No ves que la asustas?
- No…no me asusta – respondió ella intentando parecer relajada -.
- Anda, parece que la chica no te tiene miedo – volvió a decir el hombre de su espalda - ¿Y cómo se llama la chica sin miedo?
- Ss…Alayne, Alayne – dijo y se movió a un lado quitándose la mano del sujeto -.
- Alayne…¿dónde he oído ese nombre? ¿Tú te acuerdas Dunch?
- Alayne…también me suena de algo, James. ¡Gorgh!¡Ven! ¿Te suena el nombre de Alayne?
<<Dioses, no debería haberle dicho ese nombre. Pero si hubiera dado mi verdadero nombre, podría haber sido mucho peor>>.
Entonces apareció de entre los árboles un hombre que medía tanto como Hodor y que llevaba una gran espada en su cintura.
- ¿Alayne? Alayne no es la bastarda del Lord Protector del Valle. Ofrecen mucho oro por llevarla de nuevo al Nido de Águilas.
- Así que eres la bastarda de un Lord – dijo James haciéndole una reverencia -. Pero te has escapado – y se fue acercando a ella -.
<<No, no…no puedo dejar que me lleven de nuevo al Valle>>, pensaba mientras retrocedía poco a poco.
- Y nosotros cómo verdaderos “caballeros” que somos, debemos llevarte a tu casa con tu padre. Ven con nosotros, te protegeremos, ¿cierto chicos? – sonrió de nuevo Dunch.
<<¡No! Estos hombres son capaces de todo. Incluso de…>>; y salió corriendo hacía el bosque, con la dificultad de la nieve caída <<¡Corre!¡Corre!>>. Se dio la vuelta y vio como el gigante llamado Gorgh le iba recortando espacio. Entonces, tropezó y cayó de rodillas. El hombre la cogió con un solo brazo y la llevó cargada a su espalda.
- Que chica más huidiza. Hay que llevarte con tu padre inmediatamente – dijo Dunch acercándose a ella-. Seguro que nos da mucho oro…Pero antes podríamos pasar un buen rato…no creo que a tu padre le importe mucho. No puede casar a una bastarda con ningún Señor - y pasó su lengua por los labios agrietados -. James cógela, quiero ser el primero.
Alayne intentó zafarse pero la agarraron con fuerza. El viejo Dunch se acercó a ella y le quitó su capucha con fuerza y le cogió el abrigo, mientras caía su pelo moreno con…
- ¡Soltadla! – rugió una voz rasposa detrás de los hombres -.
Sansa miró a la dirección de la voz que había hablado y vio a un hermano de un septo acercarse a ellos con la cara tapada y cojeando. <<Él sólo no va a poder con los tres. Lo van a matar por mi culpa>>.
- Hermano, vuélvete a tu septo y déjanos llevar a la chica a su hogar – respondió James-.
- Ella no quiere ir con vosotros y más bien le hacíais otra cosa – respondió el hombre encapuchado, provocando un escalofrío en el cuerpo de Alayne, <<esa voz me suena, pero…>>.
- No le estamos haciendo nada malo. ¿Verdad, Alayne?
La joven se quedó helada mirando al monje y a los otros tres, que la miraban sonriendo pero con mirada intimidante.
- Dejadla y marchaos.
- ¿O qué nos harás, hermano? Los hermanos no luchan. Así que vete antes que te demos una buena paliza. Ja, ja, ja – rió Dunch -.
- Soltadla ahora mismo.
- Me estás cansando estúpido santurrón - James, se acercó al hombre, desenfundó su cuchillo y le lanzó un golpe -.
El hermano se echó a un lado y sacó de su capa una espada, que para Alayne era tan grande como la espada de su verdadero padre. James se echó hacía atrás e intentó atacarle a las rodillas, pero el monje se echó hacía atrás y lanzó su espada contra el cuello del otro, cercenándoselo. Dunch y Gorgh empujaron a Alayne y la empujaron hacía atrás, momento en que volvió a tapar su cabello para esconder su secreto. El gigantón desenfundó su espada y se lanzó a por su enemigo con fiereza y soltando un mandoble que el encapuchado paró con dificultad echándose atrás y cojeando. <<No va a poder con él, es más fuerte y no cojea>>; <<morirá por mi culpa>>. Los hombres siguieron repartiéndose golpes hasta que Gorgh soltó un golpe que tiró al otro al suelo y separándolo de su espada. Sonrío levantando con sus dos manos la espada por encima de su cabeza y la bajó; al mismo tiempo, el hermano se echó a un lado recogiendo su espada y soltó un tajo al estómago del otro que cayó muerto en el suelo.
<<¡Lo ha conseguido!¡Lo ha conseguido!>>; <<lucha como…>>. El hermano se levantó y se acercó cojeando dónde Dunch que iba dando pasos atrás mirándolo con miedo.
- ¡Lárgate de mi vista si no quieres morir tú también!
El viejo salió corriendo con dificultad mientras el monje se acercaba a Alayne lentamente. <<¿Qué me hará?>>. Debería correr. Huir. Pero no sentía miedo <<debería estar aterrada y huir, pero si quisiera dañarme, me habría dejado con esos tres. Me recuerda a alguien, pero es imposible. Él está muy lejos>>. El hombre paró.
- ¿Estáis bien? ¿Os han hecho daño? – preguntó el hombre con voz rasposa -.
- No…sí, estoy bien. No me han hecho daño gracias a vos, hermano.
- No soy hermano.
- Entonces caballero. Aunque sois mucho mejor que todos ellos.
- Tampoco soy caballero. Sólo he querido salvaros de esos hombres porqué me recordasteis a alguien.
El corazón de Alayne empezó a latir con más fuerza. <<Es por agradecimiento. Este hombre te ha salvado…pero su voz, y su forma de luchar…>>.
- ¬Bueno, pero me habéis salvado – sonrió ella -. ¿Podría veros y saber vuestro nombre para recordar quién ha sido la persona que me ha salvado.
- No puede ser, mi señora. No soy precisamente bello como los caballeros de los cantares. Si me vierais, huiríais.
- Yo sólo soy una bastarda. No me importa si sois hermoso o no. Estoy harta de los falsos caballeros de hermoso rostro. Antes habría huido, ahora no. Sólo quiero ver vuestro rostro. No huiré – respondió ella agachando la cabeza para que no viera su sonrojo-.
- De acuerdo, – asintió con duda - pero si vos me mostráis el vuestro.
- De acuerdo.
El hombre se echó la capucha hacía atrás y ella pudo ver su rostro quemado y lleno de cicatrices en el lado izquierdo, su cabello largo y oscuro. Y las lágrimas empezaron a caerle por el rostro.
- Mi nombre, mi nombre es San… - empezaba a decir el hombre nervioso al verla así, pero ella se lanzó a sus brazos-.
- ¡Sandor! ¡Sandor! – gritó ella abrazándolo con fuerza mientras su capucha también cayó y mostró su cabello oscuro en las puntas y su color castaño cobrizo en sus raíces -.
Sandor Clegane se echó hacía atrás sorprendido.
- Soy yo. Sansa. Sansa Stark- empezó ella a decir nerviosa, <<ya no se acuerda de mi. Mientras yo a él nunca lo he olvidado>>-.
- Pajarito, ¿eres tú? ¿Qué le ha pasado a tu cabello?
- Me lo tuve que teñir para que en el Valle no me reconocieran. Y me…hicieron bastarda.
- ¿Quién?
- Pe…Meñique, fue Meñique y hasta hace poco estaba en el Valle con él – dijo agachando la cabeza para que él no sé diera cuenta de su vergüenza -.
- ¿Y ese engendro te hizo algo? ¿Te hizo daño? – respondió él poniendo sus dedos en la mandíbula de ella y levantándole el rostro con cuidado -. ¿Te tocó?
- Él…él…no…no me hizo ese tipo de daño – negó con la cabeza y echándola hacía atrás -. Prefiero no hablar de ello – y cambiando la conversación - ¿Por qué llevas una túnica de hermano de un Septo?
- De acuerdo, pero si me lo vuelvo a encontrar, lo despedazaré – respondió el frunciendo el ceño y apretando el puño -. He estado en un septo en el estuario del río Tridente desde que me hirieron y tu hermana se fue.
- ¿Arya? ¡Estabas con Arya! ¿Dónde está ella? – preguntó ella esperanzada de que estuviera viva
- Sí, sí, la mocosa Stark. No sé dónde está, se fue, me desmayé y desperté días después en el septo y ya no estaba. Han pasado dos años. Lo más seguro es que se haya ido fuera de Poniente o este muerta.
- ¡No! Arya es fuerte y lista. Ya me gustaría ser como ella – una lágrima cayó por su rostro -. Por favor Sandor, ayúdame a buscarla. Lo más seguro es que me odie, pero en todo este tiempo me he dado cuenta de muchas cosas y es mi única familia – levantó su rostro para mirarlo a los ojos, sin el miedo que antes tenía al verlo a la cara. <<Aunque tenga la cara quemada, sigue siendo bello>> -.
- Sí, la buscaremos aunque a mi me deteste. Pero por ti haré e iré a dónde sea. – la miró a los ojos y le sonrió -. Ya veo que has cambiado. Ahora miras mi rostro sin tenerme asco, pajarito.
- Yo…al principio tenía miedo porque veía rabia y odio en tus ojos. Pero luego, después del beso y de que te fueras, empecé…
- ¿Beso?
- Sí, la noche de la Batalla del Aguasnegras, ¿no lo recuerdas? – vio que él no decía nada -. ¿O me lo imaginé? – negó con la cabeza -. Desde entonces no dejo de pensar en ello, incluso cuando estaba casada con Tyrion, y en el Valle, sólo te veía a ti – volvió a negar con más fuerza -. Olvídalo, Sandor. Sólo estoy diciendo estupideces y debes pensar que soy tonta – e intentó darse la vuelta pero él la agarró y le levantó el rostro para que lo mirara -.
- No dices estupideces, pajarito. Yo también…Si hubieras venido conmigo cuando la Batalla del Aguasnegras, habríamos muerto ambos. Y poco a poco me he dado cuenta que…que… - empezó a balbucear nervioso. Cerró los ojos un instante y al abrirlos agachó su rostro hacía el de ella.
<<Me quiere besar. Puede ser real que él sienta por mi…>>; <<y yo quiero besarlo>>. Se puso de puntillas y acercó sus labios a los de él, y cuando se iban a rozar estos…
- ¡Suéltala!
Ambos se separaron y Clegane la puso detrás de él, pero pudo ver a una mujer joven, que llevaba una espada delgada en su mano izquierda.
- ¿Quién eres tú?
- Nadie. Pero estabas haciéndole algo a ella.
- No le hacía nada. La he salvado de unos inútiles que querían hacerle daño y la voy a llevar a su hogar. Además, a ti qué te importa.
- Sí. Veo que has matado a dos personas, pero podría ser que vinieran contigo, Perro.
Sansa vio que el cuerpo de Sandor se tensaba, pero la voz de esa mujer le era conocida.
- ¿Sabes quién soy?
- Sí, el Perro de Joffrey. Un asesino, un violador.
- ¡Él ya no es así! – gritó Sansa desde detrás del gran cuerpo del hombre - ¡Ha cambiado!
- Los hombres no cambian. Y este seguirá siendo un asesino de mujeres y niños por siempre – replicó la mujer -. Y quiero que pague por todo eso.
- Pero él…
- No, pajarito. Está mujer no aceptará nada de lo que digas. Tengo que luchar contra ella y luego volveré a tu lado – dijo Sandor sin girarse, y se dirigió a la mujer -. Quieres pelea, pues la tendrás – y le lanzó un tajo al cuello -.
La mujer se echó a un lado y evitó el golpe con rapidez y soltó su espada delgada hacía el costado izquierdo del Perro, que se echó atrás con dificultad. La desconocida se movía con gran soltura y soltaba golpes cada poco tiempo. Sandor se movía más lento a causa de su cojera y lanzaba mandobles que repelía su adversaria. Sansa estaba aterrada de que le pasara algo. <<Dioses no os lo llevéis ahora que lo he vuelto a encontrar>>; <<pero Sandor no aguantará el ritmo de ella>>. Siguieron varios choques de espadas, hasta que Clegane soltó un golpe a la cabeza de la mujer, que se agachó con agilidad e hirió con su delgada espada en la mano de la espada, que cayó y ella alejó del hombre.
- Has perdido, Perro. Ahora te tocará morir y quiero que veas realmente quién te va a matar – dijo la mujer girando un instante su cara y poniendo sus manos en ella -.

<<¡No!¡No! ¡Lo va a matar!>> chillaba la conciencia de Sansa la cual se lanzó a donde estaba Sandor, al mismo tiempo que la mujer se daba la vuelta y lanzaba su espada y gritaba un nombre. Notó un dolor intenso en el corazón, y al mirar a la mujer vio el cabello oscuro y ojos grises de la Casa Stark y un rostro que le recordaba a cierta niña a la cual llamaba Caracaballo.
- Arya – pronunció mientras caía al suelo y veía como ese rostro se llenaba de sorpresa y horror.
- ¿Sansa?
Clegane la coge en sus brazos e intenta parar la sangre que sale en su herida, mientras Arya la mira desconcertada.
- Arya…- empieza a decir Sansa –
- No hables, Sansa. Yo…yo no quería herirte – empezó a decir Arya mientras le cae una lágrima -. Yo quería matarlo a él, no a ti. ¿Por qué te has puesto delante?
- Porque…porque Sandor…
- No hables pajarito. Hay que llevarte a algún sitio dónde te curen.
- Tranquilo – susurró ella acariciándole la parte de la cara quemada y miró a su hermana -. Él nunca me pegó cuando Joffrey mandaba que me pegaran. Quiso llevarme fuera de Desembarco del Rey cuando la Batalla del Aguasnegras. A pesar de que todos piensen que es un monstruo, es realmente un caballero. Y porque…cofcofcof – empezó a toser -.
- No hables, Sansa. Por favor.– dijo el Perro, mientras iba a cogerla en brazos-.
- Sandor...déjame despedirme…
- Hermana, no puedes morir ahora. Tendría que haber sido como tú. Una dama.
- No, Arya. Yo soy la que siente haberte tratado fatal desde niñas. Llamarte Caracaballo cuando ahora eres realmente preciosa. Seguro que así era tía Lyanna. Quiero pediros algo…sobrevivid a esta guerra, ayudaos mutuamente. Por favor, Sandor, llévala a Invernalia.
- Sansa, tengo una misión – dijo Arya -. Tengo que matar a todos los que nos han hecho daño, los que han destruido Invernalia y han matado a nuestros padres y hermanos. Tienen que morir.
- La venganza…no es buena. Pero…si debes hacerlo, hazlo por ambas – dijo Sansa empezando a cerrar sus ojos -.
- Lo hará pajarito. Y yo le ayudaré – respondió Clegane mirando primero a Sansa y luego a Arya -. Pero vendrás tú con nosotros y también podrás vengarte. Abre los ojos.
- Sandor…Sandor… - abrió un instante los ojos y vio como caían lágrimas de los ojos de él- yo… te quiero – cerró los ojos y mientras iba cayendo en un sueño profundo oyó un grito desolador y luego el aullido lastimero de un lobo -.

FIN

1 comentario:

  1. Oooh qué pena. Nunca pensé en Arya ganando un duelo y Sansa... Han evolucionado y madurado a golpes. Pobres. buen fic;-) ojala hagas otro S/S feliz;-)

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